Unos meses después de casarme, mi vida feliz con mi marido cambió de repente por completo. Mi marido quebró y no podía trabajar... Decidí dejar mi trabajo diurno y trabajar en una tienda por la noche para pagar la deuda restante. Y ese día recibí una llamada de un nuevo cliente, pero reconocí el rostro del primer cliente. Esa persona era Imai, la maestra que la acosó sexualmente cuando era estudiante. Imai no me prestó atención y traté de jugar rápido sin preocuparme, pero esa era la trampa de Imai.